jueves, 20 de septiembre de 2012

shushupe

ANALISIS LITERARIO Nº5
Título de la obra: la shushupe
Autor:faguara
Género: literario
Especie: selvático
Idea principal:
La víbora más ponzoñosa de la Amazonía peruana, la Shushupe (Lachesis Muta), se convierte en objeto de este cuento. Los colonos andinos, en la zona amazónica, tratan de aprender diferentes recursos de supervivencia de quienes han poblado los bosques por centurias. Los colonos aprenden de los nativos a conjurar el miedo y otros peligrosos
Idea secundaria:
La idea secundaria es que era una serpiente que todos los selváticos le temían 
Personajes
Principales:
·     Manuela
·     Crisóstomo
Secundarios
·     Jornaleros
·     Esposa de Manuel
Resumen
Resbaló sobre la superficie húmeda del tronco que hacía de puente entre la trocha y el rocotal.  Quiso sujetarse pero las manos también resbalaron.  Crisóstomo cayó pesadamente en medio de la vegetación que cubría la acequia de aguas estancadas y uno de sus pies desnudos tocó aquel cuerpo blando, de escamas gruesas, cuyo contacto le hizo lanzar un alarido de pánico a la vez que se desesperaba por salir hacia el camino.  El machete había desaparecido entre la hojarasca que formaba un colchón natural sobre la zanja y, en medio de la maraña de totorillas, ya se alzaba el cuerpo oscuro de dibujos perfectos en posición de ataque.
 
 
      Crisóstomo logró cogerse del puente y salió por fin hacia la pampa recién quemada, esquivando las raíces ennegrecidas que obstaculizaban su fuga.  Se dejó llevar por la bajada que lo traía acelerado, como su corazón, hacia  el tambo donde acostumbraban descansar los jornaleros esperando el refrigerio   de las seis.
   -Míralo al Crisóstomo, óe... -comentó Manuel, arrugando el rostro enjuto en gesto burlón.  -Corriendo como endiablado viene ¿no?... ¿Qué habrá hecho con la herramienta? -habló Sebastián, chascando la lengua contra su bola de coca. Algunos del grupo creían adivinar de qué se trataba.  "Lo mismo de siempre", murmuró alguien bajo la penumbra.  Meneaban la cabeza, sonreían.  El hombre que se veía pequeño a lo lejos se acercaba sudoroso calmando el trote, tratando de aparentar serenidad frente al grupo ¿Otra vez, cho...? -Otra vez, pues.  Me ha vuelto a sorprender -se rindió al fin avergonzado por las risas de los compañeros de faena. ¿En' tá tu machete?  Seguro que lo has abandonado sobre el sitio de nuevo. -dijo Manuel mientras afilaba el suyo con una lima oxidada.La lluvia había empezado a mojar las quebradas cubiertas de selva y los cafetales de los colonos.  Los jornaleros, con plásticas sobre los hombros, se dirigieron hacía la cabaña de Manuel para tomar el café de las seis y fuego retornar cada uno a sus pagos. -¿Cómo así, pues, te dejas sorprender? -le preguntó Pancha, la mujer de Manuel, mientras preparaba el refrigerio entre el olor de la leña y la ceniza.
   Los goterones implacables arrancaban a las calaminas un sonido estremecedor y parejo, comparable con la creciente súbita del río.  Pancha sacó yucas humeantes de la olla y las ofreció en un plato que fue corriendo de mano en mano; se rió de los dos perros y del gato que se acurrucaban juntos bajo la cocina de leña.  Sirvió café en anchas tazas de plástico y volvió a reír.

 

Cometario:
Es una obra muy bonita y selvática porque se trata de una serpiente
Moraleja:
Debemos luchar por nuestras vidas hasta el final

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